Estructurándonos para un confinamiento a medio/largo plazo

Estos días estamos vivendo unos momentos inciertos, inesperados y casi propios de la ciencia ficción. Lo desconocido asusta, y cuando las formas habituales ya no sirven nos encontramos “en el aire”, sin tener dónde agarrarnos para sentirnos firmes y segurxs.

Después del período inicial donde cada persona aportó a través de las redes sociales innumerables recursos y sugerencias para realizar durante este confinamiento, llega el momento de recopilar, seleccionar y ordenar. La planificación es importante para poder sostener esta circunstancia especial el tiempo que sea necesario y después de que pase el efecto de novedad.

La estructura es algo que nos sostiene, igual que la columna vertebral en nuestro cuerpo, la rutina y los hábitos saludables funcionan como aquello firme, constante y seguro donde nos podemos apoyar para mantenernos estables.

Nuestro sustento básico, que en este sistema capitalista reposa en la capacidad de ingresar dinero para atender nuestras necesidades fundamentales, es otro pilar básico en el que nos apoyamos.

En estos momentos muchxs de nosotrxs estamos a la espera de saber como atenderá el Estado atenderá a las situaciones particulares de cada un/a, que se ven alteradas por el estado de alarma decretado a raíz de la pandemia del coronavirus. Recurrir a las informaciones oficiales y contrastar las dudas con los profesionales del campo – gestorías, asesorías – puede ayudarnos a hacernos una idea real de la situación en la que cada un/a se encuentra.

Más allá de lo que no está en nuestras manos, tenemos por delante una oportunidad para crear nuestra propia estructura donde sosternernos, respetando nuestro propio ritmo y las prioridades que nosotrxs mismxs establecemos.

En este sentido os propongo que os sentéis y establezcáis una rutina diaria por escrito, con horarios que distribuyan en día, teniendo en cuenta:

· Respetar el horario de ir a la cama y levantarte

· Llevar a cabo los hábitos diarios: ducharte, vestirte – es tentador permanecer en pijama, pero, aunque sea con una ropa cómoda, es importante que te cambies en función de la tarea a realizar –.

· Atender tu alimentación

· Manterte ocupadx: si trabajas y puedes seguir haciéndolo, ocúpate de ello; sino busca una actividad diaria que se repita – yo me puse como propósito escribir algo todos los días –; si tienes personas dependientes mayores o pequeñas en casa organizad entre todxs la rutina, ocupación no faltará; si tienes algún hobbie establece pequeños propósitos: una receta nueva, hacer ganchillo, aprender a tocar la guitarra, leer aquel libro que te regalaron…

· Contemplar diferentes espacios para la realización de las actividades: por ejemplo, trabajo en el despacho, ocio en el salón, comida en la cocina… Si no es posible para ti cambiar de lugar por limitaciones de espacio, puedes acotar los tiempos recogiendo el material de trabajo de la mesa para prepararla para comer, por ejemplo.

· Mantenerte activx: lo más limitante de este confinamiento es la imposibilidad de salir y movernos en el exterior. Movernos es fundamental para nuestro cuerpo y mente. No se trata de que te conviertas en un/a deportista si no estabas acostumbradx, si es tu caso, adelante, no lo dejes y busca nuevas maneras de realizar tu actividad física. Pero sino, contempla otras maneras de moverte: bailando, subiendo y bajando escaleras, dando paseos por casa…

· Contemplar siempre un momento para hacer lo que te gusta: es una oportunidad única para hacer todas esas cosas que “si tuviera tiempo…”, haz una lista de aquello que no te cuesta esfuerzo y aprovecha! Es fundamental disfrutar los buenos momentos, especialmente cuando pasamos por dificultades.

· Compartir nuestros sentimientos y estado de ánimo con las persoas queridas es importante y fundamental, no un extra: contacta telefónica o telemáticamente con amigxs y familiares; antes que imaginar como estarán, pregunta; comparte como estás tú. Es normal, y sano, sentir incertidume, miedo y aburrimento, encuentra tu canal para expresarlo y comunicarlo, verbalmente o a través de la creatividad – dibuja, toca un instrumento, canta, baila, escribe…– todo aquello que ayude a poner fuera de nosotros lo que está pasando por dentro es una buena herramienta para irnos liberando de la ansiedad generada por este confinamiento forzoso.

Lembra que es tu propia estructura la que te va a sostener mejor, por ello coge las sugerencias que te encajen y dales tu forma particular, nadie mejor que tú conoce lo que te sienta bien.

Una vez que la tengas comprométete con ella, contigo, y convierte la rutina en ritual, es decir, realiza los miesmos actos añadiéndole la atención y conciencia que requiera aquello que estés haciendo. Son momentos de tomar conciencia de nuestros recursos y ponerlos en práctica poquito a poco para poder sostenernos en el tiempo, como individuos y como sociedad, todxs somos unx en este momento.

Ánimo!